miércoles, 21 de noviembre de 2007

CONCIERTO DE ARANJUEZ. Corro por las plazas. Un gnomo de pelo blanco y manos expresivas.

En la barra del blog pueden ver que agregué videos del Concierto de Aranjuez, la composición musical para guitarra y orquesta del español Joaquín Rodrigo.

Es increíble cómo el entusiasmo puede brotar a partir de tan diversos estímulos. La melodía de esta obra me provoca nostalgia y emoción cada vez que la escucho. En un documental que vi sobre Rodrigo él contaba muchos detalles sobre sus composiciones y su vida, con esa voz de gnomo por sus noventa y tantos años y un aspecto frágil y activo a la vez. Una persona que irradiaba luz a pesar de haber vivido ciego casi toda la vida. Es que él veía con todo el cuerpo, con todos los sentidos y eso que capturaba lo volcaba en sus composiciones.

Quedo hechizada con esa guitarra que realmente confronta a la orquesta. Según Rodrigo el primer movimiento está "animado por un espíritu rítmico”, el segundo movimiento "representa un diálogo entre la guitarra y los instrumentos de solo”, mientras que el último "recuerda un baile". Sin embargo, el compositor dijo algo más poético al describir el concierto y aseguró que captura "la fragancia de magnolias, el canto de los pájaros y el chorro de las fuentes de los jardines de Aranjuez”.

Es cierto que fue escrito para los jardines del Palacio Real de Aranjuez, algunos opinan que se inspiró en el bombardeo de Guernica, pero yo recuerdo que en el documental su esposa Victoria dijo que la inspiración había sido por dos motivos bien diferentes: el recuerdo de su luna de miel en ese lugar y la tristeza ante el aborto de su primer bebé.

Y todo eso se percibe en el Concierto: las fuentes, la naturaleza, la alegría de esos días de amor y encuentro, la pérdida que se manifiesta como una transmutación de la desesperación a la luz.

Así llega el entusiasmo, a través de la emoción. Abro la ventana. Las hojas de un verde primavera fosforescente. Joaquin Rodrigo nunca tuvo una vida fácil pasó por dificultades económicas, fisicas, limitaciones de todo tipo... Sin embargo, cuando escucho su música parece que vuelvo a descubrir la intensidad de los colores, la suavidad, el brillo, los tonos de lo que me rodea. Sí, creo que hay fuentes y jardines y mucho verde en su obra. Es increíble cómo una persona ciega pudo tener el don de abrir los ojos a tanta gente.
Mañana, 22 de noviembre, sería su cumpleaños. Imagino que lo festejaría caminando por un parque, absorbiendo cada sonido, cada perfume, capturando quien sabe qué melodía, tarareando quizás. Como un gnomo de pelo blanco y manos expresivas.

El verde fosforescente me quema los ojos. Quiero salir a caminar por las plazas. Me llevo el Concierto de Aranjuez como un murmullo secreto, para soltarlo en alguna esquina, de esas grises que necesitan una guitarra.
Ana





Para saber más de Joaquín Rodrigo y su obra: http://www.joaquin-rodrigo.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Ana:
Hablando de música...


Mi melodía


Seleccionado y editado por Editorial Dunken, en el libro “Historias breves” 2004. Editado en el libro de cuentos 2005 “Nunca lo supe”.




Escuché la lluvia como distante, como prohibiéndose su propio ruido. Pero no era ella quien manejaba su volumen, era mi casa, que herméticamente cerrada no dejaba pasar el sonido de esa música que provocaban las gotas, bailoteando con el viento, para luego dejarse caer sobre algún elemento sólido. En cada estallido del líquido cristal, podía regocijarme con las diferentes notas que me acariciaban, que me amaban. Me asomé para mirar a través de los vidrios la magia de la naturaleza. Mi amigo me había dicho que nunca abriera la ventana los días de lluvia "para que no se te escapen las corcheas", me cargaba. Pensé que sería bueno abrir un poco una de las hojas para escuchar la lluvia. Sí, debía escucharla, eso me daría fuerzas para seguir adelante. Comprendí que esa era mi melodía.
Hacía unos cuantos días que no acertaba una sola nota en el piano. El teclado se me antojaba un crucigrama de blancas y negras entrecruzadas. Tenía dos acordes y de ahí no salía. Podía ser el principio o el final del tema, daba lo mismo, me faltaba todo lo demás. "Cómo lo voy a lograr, si nada me viene a la cabeza", me decía y hasta un día me sorprendí diciéndolo en voz alta.
Pasaron los días y yo, sentado con indiferencia al piano, me mostraba ante él como quien sabe que notas tocar y mis manos como dos arañas gigantes saltaron contra las teclas y pegaron con ese tranm, tranm... tranm, tranm... siempre las mismas dos notas, siempre igual, nada nuevo. Días y días tocando lo mismo y el sonido que empezaba a molestarme. Le hubiese pegado a la música si se me presentaba de forma sólida, pero no, tras mis esfuerzos malogrados, el sonido era intangible y mis nervios no lo soportaron. Descargué con furia dos trompadas sobre el piano, para que entendiese que la música la haríamos entre los dos, y que él debería ayudar.
Esa noche, cuando me acosté, ya tenía mis manos vendadas "total, para lo que sirven". Fue a la mañana siguiente que me despertó la suave lluvia con su fina melodía, allá, a lo lejos. Me acerqué a la ventana, porqué ahí estaba la música que yo no lograba descifrar, por eso entreabrí la hoja (aunque se me escapara alguna corchea) para escucharla y retenerla en mis oídos. Me sorprendió que la melodía de la lluvia fuera esa que yo no había podido enhebrar con mis dedos sobre las teclas, ¡esa era la música! Con la ventana abierta se dejaban oír todos los instrumentos que componían la gran orquesta. Ahí estaba mi gran creación. Podía gritarlo hacia los cuatro puntos cardinales: ¡encontré mí melodía!
En ese momento pensé que tal vez otro también la estaba escuchando. Me decidí a cerrar la ventana, no podía permitir que alguien más la escuchara porque podrían plagiarme. Corrí por mi casa hasta la puerta y cuando salí al pasillo casi enloquecido, grite: ¡enfermero, cierre todas las ventanas. Nadie debe escuchar mi música hasta que la escriba y la registre!
Entonces mi buen amigo, el mismo que me vendó las manos, me dijo que cerraría todo, me dio algo para tomar y me recosté tranquilo mientras tarareaba mi melodía. La de nadie más.


Saludos
Daniel Gaitán

Blackmac dijo...

Joaquín Rodrigo - Concierto de Aranjuez / Castelnuovo Tedesco - Concierto en D op. 99

(01) 1-Allegro con spirito
(02) 2-Adagio
(03) 3-Allegro gentile
Concierto serenata para arpa y orquesta
(04) 1-Estudiantina allegro
(05) 2-Intermezzo. Molto tranquillo
(06) 3-Sarao. Allegro deciso
Mario Castelnuovo Tedesco
Concerto in D op. 99
(07) 1-Allegretto
(08) 2-Andantino alla romanza
(09) 3-Ritmico e cavalleresco - Quasi andante-Tempo I

Cuanto que sabes de musica Ana! ojala que todos puedan escuchar la musica como vos lo haces!!!

lo encontre aca:

http://rapidshare.com/files/17390790/CACCGtapperware.blogspot.com.rar

Que lo disfruten todos!!!